Todos, en mayor o menor medida, soñamos lograr la felicidad y tener una vida plena. Por eso, la búsqueda de la felicidad es todo un clásico del ser humano.

Ansiamos la felicidad, la buscamos y perseguimos. Sin saber que, al igual que la alegría, no se buscan, sino que llegan a nosotros como consecuencia de haber gestionado bien las emociones, pensamientos y situaciones con los que lidiamos en nuestro día a día.

Antes de seguir, ya sabes que me gusta detenerme en explicar y definir bien los conceptos con los que vamos a trabajar en esta publicación.

Como punto de partida, diré que la alegría es una de las emociones básicas que experimentamos en momentos muy específicos y concretos. Nos hace fluir, disfrutar y gozar todo aquello que esté a nuestro alcance en ese momento. Y nos lleva a irradiar energía positiva.

Por ejemplo, alegría es lo que siente una madre orgullosa de su hija. O la que vives al lograr una meta, estar con tus seres queridos o disfrutar de algún hobby o actividad placentera.

Por su parte, la felicidad, de la que ya te he hablado en alguna otra ocasión, es un estado mas profundo y duradero de bienestar.

Va mas allá de experimentar una alegría ocasional. Es un estado de satisfacción, plenitud y armonía. Y, aunque es verdad que puede incluir la presencia de la alegría, va un poco mas allá. Porque incluye la existencia de un propósito de vida. Y la puesta en práctica de una serie de habilidades que nos ayudan a cultivar nuestro potencial.

A la felicidad llegamos a través del significado y la satisfacción en diversas áreas de nuestra vida.

Por tanto, hablar de felicidad es hablar de bienestar.

¿Qué áreas tenemos que cultivar para lograr la felicidad?

Según Seligman, (psicólogo estadounidense al que le debemos, entre otras cosas su gran aportación a la psicología positiva), el bienestar humano se consigue cultivando cinco áreas de cuidado, protección y fortalecimiento. Que son mantenedoras y protectoras de nuestra salud y bienestar.

Es el llamado “Modelo PERMA”.

Para Seligman, las cinco áreas a cultivar son:

1 – La positividad

Este primer componente se refiere a la importancia de experimentar emociones positivas y agradables en la vida cotidiana. Estas emociones incluyen la felicidad, el amor, la gratitud, satisfacción, entusiasmo y alegría.

Las emociones más agradables nos hacen conectar con nosotros mismos y con lo que nos rodea. Pero nosotros, debemos cultivarlas de manera activa.

Ejemplos de experiencias que generan emociones positivas incluyen recibir un cumplido, disfrutar de un paseo al aire libre, reírse con amigos o celebrar un logro personal.

También, practicar la gratitud puede ser una buena manera de fortalecerla.

Ahora te pregunto, ¿tienen cabida las emociones positivas en tu día a día?

2 – El compromiso

El compromiso se refiere a estar completamente absorto en una actividad o tarea, lo que a menudo se conoce como «estado de flujo». Cuando una persona se encuentra en un estado de compromiso, se siente plenamente concentrada, desafiada y disfruta de lo que está haciendo.

Es decir, son esas tareas en las que ponemos toda nuestra energía y atención. Eso con lo que nos comprometemos e involucramos al 100%. Por supuesto, esta área también requiere de una actitud activa por nuestra parte

Algunos ejemplos de actividades que pueden generar compromiso serían tocar un instrumento musical, resolver un rompecabezas complicado, practicar un deporte que te apasiona o trabajar en un proyecto creativo.

En este punto, plantéate si hay alguna actividad con la que te sientas realmente comprometido.

3 – Las relaciones

Las relaciones interpersonales y sociales son esenciales para el bienestar. Mantener conexiones significativas con amigos, familiares y seres queridos contribuye de manera significativa a la felicidad y la satisfacción en la vida.

Está demostrado que esta es una de las áreas más importantes y protectoras de nuestra salud emocional.

Cuidar y enriquecer nuestra red de apoyo genera un gran sentimiento de satisfacción. Además de sumar en nuestras habilidades sociales.

Entre los ejemplos de relaciones que fomentan el bienestar están pasar tiempo de calidad con amigos, apoyar a un miembro de la familia en momentos difíciles, formar nuevas amistades y fortalecer lazos afectivos.

Desde aquí te animo a que construyas relaciones positivas y pases tiempo con las personas que te aporten alegría y apoyo emocional.

4 – El significado (sentido)

El significado hace referencia al hecho de tener un propósito y sentido en la vida. Conectarte con algo más grande que tú mismo.

Encontrar significado implica identificar metas personales, valores y aspiraciones que dan dirección y satisfacción a la vida.

Ejemplos de actividades que pueden dar un sentido a la vida incluyen trabajar en proyectos de voluntariado, ayudar a personas que tienen menos oportunidades, ser más sostenibles.

¿En qué medida estás siendo coherente con tus valores? ¿Qué pequeñas acciones podrían hacerte mejorar en este aspecto?

5.- Los logros

Esta área se refiere a la importancia de establecer metas, trabajar para alcanzarlas y experimentar un sentido de éxito y competencia.

El logro proporciona una sensación de realización y autoeficacia. Lo que contribuye significativamente al bienestar y la satisfacción.

Un logro no tiene por qué ser algo enorme. De hecho, pueden ser desde pequeñas tareas de la vida cotidiana hasta objetivos más grandes y ambiciosos. La clave está en verlos y reconocerlos.

Entre otros ejemplos de logros se incluyen completar un proyecto importante en el trabajo, alcanzar metas académicas, superar desafíos personales o alcanzar metas de acondicionamiento físico.

¿Sabrías reconocer, al menos 10 logros que hayas conseguido en tu vida personal y profesional?

Conocer estas áreas te da la clave para acceder a tu bienestar. Pero debes saber que, ninguna de ellas, por si sola, definirá tu bienestar y tu felicidad.

Para lograrlo, tendrás que dedicar parte de tu tiempo a intentar equilibrarlas. Y hacer un trabajo consciente, activo y voluntario para ver cómo te sientes en cada momento. Este trabajo te llevará a identificar pequeños momentos de alegría que contribuirán a tu felicidad general.

Finalmente, te recuerdo que fomentar el cultivo de la alegría en la vida diaria te ayudará a experimentar una mayor sensación de felicidad y bienestar en general. Te animo a comprobarlo en primera persona. Y, si tienes alguna duda o quieres hacerme cualquier consulta, solo tienes que contactar conmigo. Como siempre, me encantará ayudarte a lograr la felicidad.

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