La importancia de tener valores y aplicarlos en la vida diaria es necesario para toda persona. Porque los valores forman parte de nosotros. Nos marcan lo que, para cada uno de nosotros, es correcto o no. Y, por tanto, condicionan la relación que tenemos con los que nos rodean.

“Los valores son direcciones globales elegidas, deseadas, construidas verbalmente, que nunca pueden ser alcanzadas como objetos, pero pueden ser elegidos momento a momento a partir de la conducta» (Páez et al., 2006).

Los valores son en la vida como el GPS que usamos en los viajes y que nos va guiando a la hora de tomar decisiones. Están en el presente, en cada acción que se realiza aquí y ahora.

Además, nos permiten orientar nuestro comportamiento con el objetivo de pasar del “sentirse bien” al “vivir bien”.

Son fuente de satisfacción y plenitud y nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Porque reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes.

Una de las principales quejas de las personas que acuden conmigo a las sesiones de Psicología y Coaching es la dificultad que tienen para motivarse o encontrar sentido a su vida. Su vida real parece discrepar de su vida deseada y ellos no siempre son conscientes de esta situación.

Por supuesto, pueden sentirse mejor, motivarse y encontrar el sentido de su vida. Pero, para ello, tendrán que implicarse en acciones que les haga reducir esta discrepancia. Y, desde luego, han de hacerlo en la dirección correcta. La dirección que apunte hacia sus valores.

Aunque los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas.

La importancia de tener valores es tal que cuando somos coherentes con ellos, nos sentimos poderosos, seguros, fuertes y motivados. Ser coherentes con nuestros valores nos da la energía que necesitamos para visualizar nuestro objetivo e ir tras él. Vemos con claridad y actuamos con un enfoque total.

Estos valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.

Cada persona, de acuerdo a sus experiencias construye un sentido propio de los valores. Aunque a todos nos enseñen que, por ejemplo, la honestidad es algo deseable. Y, aunque todos lo aceptemos como cierto, la interpretación que haremos de este valor y el sentido que le encontraremos en nuestra vida, será diferente para cada uno de nosotros.

La importancia de tener valores y saber cuáles son los tuyos

¿Alguna vez, te has parado a pensar cuáles son tus valores? Si no lo has hecho hasta ahora, te dejo una sencilla herramienta que te ayudará a descubrirlos de forma sencilla y rápida.

Solo tienes que cerrar los ojos y volver a recrear en tu mente los momentos mas maravillosos de tu vida. Visualiza esos momentos con todo lujo de detalles. Observa qué es lo que estás viendo y a quién. Con quién estás y dónde. Cómo te sientes, qué escuchas, incluso qué hueles.

Cuando lo hayas hecho rescata de esos momentos los elementos más importantes. Quizás sean las personas con las que estabas, lo libre que te sentías, o el poder que tenías.

Este listado te puede ayudar a elegirlos:

Valores

Después, rescata los 3 que más presentes estén en esos momentos y… ¡ya lo tienes! Esos son los principales valores que tienes en la vida.

Y, recuerda que cada vez que tengas que tomar una decisión, o te sientas insatisfecho con algo, puedes volver a preguntarte ¿Estoy siendo coherente con mis valores? ¿En qué medida podría vivirlos con mayor intensidad?

Porque, cuando consigas caminar en la misma dirección que tus valores, te sentirás realizado y apasionado por la vida. Cuando no sea así, habrá llegado el momento de averiguar qué debes hacer para obtener lo que deseas.

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