Veranear con adolescentes puede llegar a ser todo un desafío para la paciencia de los padres. Y no solo por el hecho de pasar unos días de vacaciones juntos sino por el proceso previo para lograr que se de ese momento en familia.

Si vives con jóvenes, es posible que a estas alturas del año ya te haya tocado lidiar con ellos para ver qué hacéis estas vacaciones. Y es que, como te he comentado en mas de una ocasión, la adolescencia es una etapa en la que la importancia del grupo es muy alta. Por lo que puede que tu hija, o hijo, prefiera quedarse en la ciudad en verano. A pesar de que eso suponga, incluso, renunciar a un viaje.

En mi adolescencia, yo misma recuerdo que mi mejor plan era quedarme en el pueblo con mis amigos. Sin horarios y sin hacer gran cosa, la verdad. Mis padres me proponían viajes y planes que ahora veo eran bastante apetecibles. Pero que, en ese momento, no me seducían más que pasar las tardes bajo un sol de justicia en un pueblo de Salamanca.

Como ves, que los adolescentes no quieran ir de vacaciones con sus padres es un clásico al que los padres nos vamos a tener que enfrentar en algún momento.

Saber cómo hacerlo y tener algunas pautas para manejar esta situación, de manera constructiva, te ayudará a fortalecer la relación con tus hijos.

Veranear con adolescentes. 5 pautas que pueden ayudarte

Escucha las razones que te da para no querer ir de vacaciones contigo

Es importante que sienta que sus pensamientos y sus emociones están siendo tomadas en cuenta y valoradas.

Escúchale activamente y valora sus opiniones. En este momento, puede que estés pensando que ellos no tienen por qué decidir a dónde irá la familia completa de vacaciones. Sin embargo, si tu objetivo es que esas vacaciones sean familiares, es importante que abras con el adolescente un espacio de dialogo abierto y sincero.

Empatiza con sus motivos porque eso te va a ayudar a comprender mejor su perspectiva.

Con tu edad, supongo que ya no te parece un drama no ver a tus compañeros de trabajo durante quince días. Pero recuerda que su realidad no es la misma que la tuya, ni sus prioridades e intereses. Por eso, y porque tú también fuiste adolescente, intenta comprenderle desde su posición.

Fomenta la negociación y el compromiso

Una vez que hayas escuchado sus razones, tenéis que intentar buscar un punto medio y un compromiso, por ambas partes, que satisfaga las necesidades de ambos.

Déjale que tome alguna decisión durante el viaje. Por ejemplo, si no le interesan unas vacaciones tradicionales (de lo que ellos llaman “ver piedras” o “ver ciudades”) quizás ha llegado el momento de abriros a otro tipo de viajes. O, si eso no es posible, darle la opción de elegir una actividad especial que le resulte atractiva.

Con estos gestos, te aseguro que tendrá sensación de autonomía y de participación en la planificación.

Respeta su necesidad de independencia

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de la identidad de tu hijo y es posible que necesite espacio y tiempo para explorar su propia independencia.

Debes respetar esa necesidad de tener momentos de soledad o pasar tiempo con los amigos durante las vacaciones. ¡No te lo tomes como un rechazo personal! No es nada contra ti. Sino una parte natural de su crecimiento y desarrollo.

Si lo vives desde el rechazo, te va a costar mucho empatizar con él y entender el «por qué» de sus requerimientos. Sin embargo, si le comprendes y le das espacio, estará de tu lado. Además de mucho más abierto a explorar otras opciones que vayan más allá del parque o de su habitación.

Busca oportunidades para fortalecer vuestro vínculo

Aunque tu hijo puede preferir pasar menos tiempo contigo durante las vacaciones, no quiere decir que no puedas buscar ocasiones, para fortalecer el vínculo que hay entre vosotros a través de actividades que os interesen a ambos.

¿Qué le gusta a tu hijo? Por muy desmotivado o desganado que esté, seguro que hay algo que le llame la atención.

Dar un paseo por la playa, practicar un deporte acuático o una ruta de senderismo. Tomar un helado en una terraza. O, incluso, jugar juntos a algún videojuego, te puede dar la llave para poder crear recuerdos positivos y una fuerte conexión emocional entre ambos.

Mantén la calma y el respeto

Será fundamental que recuerdes esto cuando surjan los conflictos, las malas caras y la desgana, que ya te digo que aparecerán. Como te decía antes, no es nada personal contra ti. Sino, simplemente, su forma de buscar y establecer su identidad.

Sus malas caras no son sinónimo de que no te valoren o que no te quieran.

Recuerda que la comunicación abierta, el respeto y la comprensión son fundamentales para mantener una relación sana con tu hijo adolescente. Y, pese a que aunque estos momentos son desafiantes, también te dan la oportunidad de hacerles ver que les quieres y que vas a estar a su lado. Incluso si, en algún momento, no quieren estar contigo.

Te animo a que pongas en práctica algunas de estas pautas. La realidad es que lo mejor es no obligarles e intentar convencerles e implicarles para que las vacaciones también sean atractivas para ellos, pero, en cualquier caso, los limites siempre los tienes que poner tú. Y ya sabes que estoy aquí por si necesitas ayuda o deseas hacerme alguna consulta. Y no olvides que me gustará conocer qué tal te ha ido implementando alguna de las 5 pautas que he compartido contigo. Sinceramente, espero que te sean de mucha utilidad a ti también.

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