Cada vez que llega un nuevo año, vuelve el «clásico» de los buenos propósitos y objetivos. Propósitos que nos ayuden a enfocarnos hacia aquello que queremos, descubrir cuál es nuestro para qué en la vida y establecer metas efectivas.

Todos, sea cual sea la edad que tengamos, necesitamos tener un propósito. Es decir, algo que nos haga salir de la cama, nos dé energía y la fuerza interior para conseguir los objetivos que nos propongamos.

Mark Twain dijo: «existen dos días importantes en la vida de cada ser humano. El día que naces y el día que descubres la razón por la que has nacido. Ese es el día en el que comprendes cuál es tu propósito de vida».

Propósitos de vida y metas

Tener un propósito de vida nos llena de emociones agradables y nos conecta con otras personas. Además de ayudarnos a lidiar mejor con el miedo y la incertidumbre.

El propósito se convierte en el faro que indica dónde están nuestras metas.  Y se convierte en un faro que nos ayuda a seguir el camino que nos llevará hacia ellas. 

Por lo tanto, hablar de propósitos es hablar de las metas y objetivos importantes en la vida.

Por su parte, los propósitos se traducen en conductas que nos acercan a aquello que queremos conseguir. Y, ¿qué mejor que este momento para plantearnos tener una vida con propósitos y objetivos que sean duraderos y nos acompañen a largo plazo?

Para ello, es importante saber que estos propósitos tienen que estar ligados con algo que te apasione o con situaciones en la que sabes que tus capacidades y conocimientos pueden marcar la diferencia. Tu propósito debe hacerte sentir satisfecho y feliz. Porque, si no, no es tu propósito.

Normalmente, el problema es que nos planteamos metas que no son nuestras. O no sabemos qué o cómo debemos planteárnoslas para que sean consistentes y efectivas.

Por eso, y para evitar que en pocos días hayas abandonado todas esas metas que te acerquen a tu propósito vital tienes, a continuación, unas claves que seguro te resultarán muy prácticas a la hora de definirlas.

10 Pasos para establecer metas efectivas

En primer lugar, para seguir bien estos 10 pasos te propongo coger papel y boli y ponerte manos a la obra.

1 – A la hora de definir tus metas, intenta ser lo más específico posible

En lugar de decir, «quiero hacer ejercicio», especifica cuándo y cómo lo vas a hacer. Puedes decir, voy a hacer ejercicio tres días a la semana durante media hora.

2 – Intenta que esas metas que te planteas se puedan medir

De esta forma podrás controlar la evolución de tu progreso y, con ello, mantenerte enfocado y motivado. No es lo mismo decir que vas a leer a decir que vas a leer un libro al mes.

3 – Asegúrate de que esas metas sean alcanzables para ti

Procura que sean lo suficientemente retadoras como para hacerte saltar de la cama. Pero, al mismo tiempo, también, realistas para mantener tu motivación y tu sensación de logro.

4 – Estarán alineadas con tus valores

Para que estas metas estén ligadas a tu propósito, deben estar alineadas con tus valores. Tener un significado para ti y contribuir a tu crecimiento personal y profesional. Solo así te asegurarás de que esas metas, que vas a definir, sean lo suficientemente relevantes para ti como para no abandonar al primer obstáculo.

5 – Plantéate un plazo temporal para cada una de esas metas

Esto te ayudará a mantener el enfoque y a medir tu progreso. Dicen que si un objetivo no tiene plazo entonces no es un objetivo, es un sueño. Y, personalmente, creo que esta afirmación es muy cierta.

6 – Si lo ves necesario, divídela

Si la meta es demasiado grande, una buena idea es dividirla en metas más pequeñas y alcanzables. Te pongo un ejemplo personal. Cuando decidí emprender, sabía que una de las cosas que tenía que hacer era diseñar el contenido que quería para mi web.

Esa meta era muy grande para mí. Por eso, acompañada por un equipo de diseñador y copywriter, planteamos metas más pequeñas y específicas que me ayudaron a ir creando, poco a poco el contenido de la web que ahora estás viendo.

En mi consulta de Psicología y Coaching siempre le digo a mis pacientes, ¿si tuvieses que comerte una vaca cómo lo harías? A filetes.

7 – Lleva un registro de tus avances

Comprobarás que es un punto necesario que va a ayudarte a mantener la motivación. Escribe todos los logros que vayas consiguiendo, reconócetelos y tenlos a mano para los momentos en los que te falle la motivación.

8 – Repasa las circunstancias ante las que te planteaste estas metas

Cada cierto tiempo, es bueno recordarlas. Ya que, si éstas han cambiado, es importante que seas lo suficientemente flexible para ajustarlas y adaptarlas a la nueva situación.

Los propósitos de vida suelen ser bastante estables. Y, en consecuencia, también las metas que te planteas para conseguirlos. Sin embargo, eso no quiere decir que no puedas cambiar o que las circunstancias que te rodean te obliguen a hacerlo.

9 – Mantén visibles tus metas

Para que el día a día no te coma y te haga abandonar tus metas, mantenlas lo más visibles que puedas. Puedes crear tableros o usar recordatorios o notas en el móvil para acordarte de tus objetivos. Recuerda no perderlos de vista.

10 – Celebra tus logros, incluso los más pequeños

Celebrar los logros y reconocértelos hará que te sientas bien contigo mismo. Además de proporcionarte una sensación de realización y autoeficacia.

Espero que con estos pasos estés un poquito mas cerca de conseguir descubrir cuál es tu propósito en la vida y qué metas puedes plantearte para poder ir hacia el. Ya sabes que aquí estoy si deseas hacerme alguna consulta para lograrlas.

Recuerda que la clave está en la consistencia, la dedicación y la adaptabilidad. ¡Buena suerte con tus futuras metas!

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