Antes o después, llega el momento a los padres y a los educadores de tratar temas difíciles con los adolescentes.

Las relaciones sexuales prematuras y el consumo de alcohol, tabaco o drogas son algunas de las principales preocupaciones que tenemos los padres de hijos adolescentes.

Sabemos que todas estas sustancias, no solo están a su alcance sino que, también, algunas de ellas como el alcohol y el tabaco, están socialmente aceptadas.

Sin lugar a dudas, hablar con ellos sobre estos temas es una conversación obligatoria. Una conversación que hay que afrontar. Pese a que, para algunos padres, sea incómoda o les dé cierto miedo.  

Nuestra labor como padres es protegerles, marcarles el camino y procurar darles la estructura que necesitan para mantenerse seguros. Y, aunque hacer esto no es siempre garantía de éxito, sí que está demostrado que los jóvenes que crecen con reglas claras son menos propensos a meterse en problemas.

Desde luego, resulta imposible garantizar que no se salten o rompan las reglas. Que no mantengan relaciones sexuales para las que no están preparados o no consuman sustancias. Pero sí que podemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para ayudarles a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. A reforzar su autoestima para decidir ante la presión del grupo. Y a darles una información, veraz, sobre el sexo y las sustancias, que les ayude a tomar decisiones antes de que se encuentren en situaciones potencialmente peligrosas.

Cómo tratar temas difíciles con los adolescentes

1.- Asume que esta conversación no es algo que se trate en un momento puntual y luego se olvide

Este será el punto de partida. Esa conversación tiene que ser una conversación continua. La edad de nuestro hijo, las situaciones por las que pase, la información que reclame, hará que tengamos que abordar estos temas en diferentes ocasiones. Por lo que, no hay que estar esperando el momento o el entorno ideal para hacerlo. Y, cuando lo hagamos, debemos evitar caer en los tópicos, la dramatización o el tono catastrofista. Puesto que eso solo hará que piensen que somos unos exagerados.

Hay profesionales que aconsejan avisar con antelación sobre el tema que se va a tratar para evitar que el adolescente se sienta acorralado. Por ejemplo, diciéndole algo como, – “esta noche vamos a hablar sobre las drogas. Para comentarte lo que pensamos y que nos puedas preguntar todo lo que quieras”- Es una opción válida.  Sin embargo, yo soy más partidaria de aprovechar los momentos de aprendizaje.

La vida real está llena de momentos que se pueden aprovechar para dar información a nuestros hijos sobre temas que son importantes para ellos. Aprovechar estos momentos distendidos para empezar este tipo de conversaciones da muy buen resultado (lo sé por experiencia personal y profesional).

Es importante crear espacios de comunicación, que no tienen por qué estar fijados de antemano, para dialogar sobre estos temas. Para expresar nuestras ideas, y permitirles que ellos hagan lo mismo.

Para lograrlo, te animo a dejarles hablar y darles la oportunidad de expresar sus preocupaciones o dudas al respecto.

Pero para que lo hagan, nosotros, los padres, tenemos que conseguir que se sientan seguros y escuchados. Si ellos creen que van a ser juzgados o criticados, entonces, es más complicado que se atrevan a compartir con nosotros sus inquietudes (puedes conocer en este enlace más en detalle cómo comunicarse con un adolescente).  

2.- Explícale los peligros y consecuencias del uso y abuso de las sustancias y ofrécele una buena educación sexual

La forma en la que nosotros nos relacionemos con estos temas influye en lo que ellos piensen al respecto.

Como te decía al principio, el tabaco y el alcohol están socialmente aceptados y nuestros hijos conviven a diario con ello. Pero, no por eso, dejan de ser peligrosos. Precisamente por eso, tienen que saber cuáles son las consecuencias de fumar y beber. No solo desde el punto de vista físico, sino también desde el emocional y legal.

Conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, no solo es ilegal, sino que es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes. Además, de las consecuencias penales que puede tener para ellos.

Deben saber, aunque muchos no quieren escuchar, lo que las drogas pueden hacerles a sus cerebros en pleno desarrollo. Y explicarlo con la intención, no de fomentar el miedo en ellos, sino de hacerles responsables de sus decisiones.

Un buen ejercicio es invitarles a reflexionar sobre las consecuencias de sus decisiones. Pero, no solo a corto plazo, sino también a medio o largo. ¡Haz la prueba!

3.- Pon las reglas de tu casa

Por supuesto, explica cuáles son las normas que van a imperar en tu casa respecto a estos temas. Y deja bien claras las consecuencias de romperlas, asegurándote de que las hayan entendido.

Los adultos tenemos que estar dispuestos a discutir, negociar y pactar. Pero, esto no es incompatible con tener en casa unas normas claras y unos límites establecidos. tanto en el tema del consumo de sustancias como acerca de los horarios, las responsabilidades en casa o las salidas con amigos. Todo eso implica una responsabilidad y un compromiso por parte del adolescente. Y, desde luego, se puede negociar. Pero, teniendo muy claro por ambas partes que hay otras cosas que son innegociables.

Pero como no podemos garantizar que, aun así ,no lo hagan y lo mas importante es mantenerles a salvo y seguros, te puedes plantear la posibilidad de crear con ellos un acuerdo por el que, siempre te pedirán ayuda ante cualquier situación de riesgo en la que se encuentren (conductor bebido, demasiado alcohol, conductas de riesgo sexual). A cambio, tú siempre acudirás a buscarlos, sea la hora que sea, sin gritos ni reproches. Y, a la mañana siguiente, hablareis sobre el tema.

Prohibir o crear temor no hará que los jóvenes se alejen de las situaciones peligrosas. Sin embargo, educarles en la reflexión y el pensamiento crítico les hará mucho más fuertes a las presiones del grupo.

Desde aquí, antes de despedirme, te animo a poner en práctica estas indicaciones que te hago no solo como madre sino como psicóloga y coach. Y te invito a que contactes conmigo si necesitas ayuda en este o en cualquier otro tema relacionado con la relación con adolescentes. Soy muy consciente de que, en ocasiones, puede resultar complicado. Por eso… ¡aquí me tienes!

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