Para que un equipo de trabajo funcione correctamente, se presupone que existe un líder. Una persona que le da poder al equipo y que tiene, entre sus funciones, la de orientar, influir, motivar, fortalecer y definir el clima de dicho equipo u organización.

De ahí que se defina el liderazgo como el conjunto de habilidades que un individuo tiene para influir sobre las personas o el grupo. Motivándolos y organizándolos para llevar a cabo acciones que los lleven a lograr los objetivos planteados.

Esta es la definición. Pero, de ahí, es necesario trasladarlo a la práctica.

Como es lógico, eso, varía según cada líder. Y, cómo lo consiga, puede variar de una persona a otra o en función de la situación. Por ese motivo es posible hablar de los diferentes «estilos de liderazgo».

Antes de pasar a definirlos, me gustaría destacar un detalle acerca del líder. Y es que, lo ideal es que el estilo del líder sea situacional. Es decir que, dependiendo de la situación o el momento, el líder elija cómo se comporta y qué estilo será el mejor para lograr los objetivos de su equipo.

Los 5 estilos de liderazgo principales

Liderazgo laissez-faire

Es aquel en el que el líder proporciona poca o ninguna dirección y da a los miembros del equipo, la libertad, la autoridad y el poder para que determinen los objetivos, tomen decisiones y resuelvan los problemas.

Se basa en la teoría de que las personas con mucha experiencia, entrenamiento y motivación necesitan poca supervisión para ser productivos. Ya que estos trabajadores son expertos y poseen las competencias necesarias para rendir de manera independiente.

Este estilo es muy positivo en equipos de trabajo apasionados y con una alta motivación intrínseca. Porque se basa en la idea de que, para algunas personas, la autonomía es liberadora, mejora la creatividad y proporciona satisfacción en el trabajo.

Sin embargo, no es el estilo adecuado cuando hablamos de personas o equipos poco motivados, con poca experiencia o con un estilo mas pasivo.

En estos equipos, este estilo puede dar lugar a una falta de control y una bajada en la productividad.

Liderazgo autocrático

En este estilo, el líder concentra todo el poder y nadie desafía sus decisiones. Es un ejercicio de liderazgo unidireccional, lo único que tienen que hacer los miembros del equipo es obedecer las directrices que marca el líder.

A menudo, el mando autocrático se considera el enfoque clásico. En el que la motivación se produce creando un juego estructurado de recompensas y castigos.

Puede ser efectivo en ambientes de trabajo en los que las decisiones necesitan tomarse rápidamente o cuando se requiere una estrecha vigilancia sobre las actividades y tareas del equipo, sin embargo, al no tener en cuenta la opinión de los trabajadores, el compromiso de estos baja, haciéndose complicado retener el talento.  

Liderazgo democrático o participativo  

Aquel en el que el líder, aunque es el que toma la decisión final, invita al resto del equipo a contribuir en ese proceso. Invita y promueve el diálogo, tiene en cuenta las opiniones de cada miembro, pero la decisión final la toma él.

Este estilo, no sólo aumenta la satisfacción en el trabajo mediante la participación. Sino que, también, ayuda a desarrollar las habilidades de las personas.

La ventaja principal de este tipo de liderazgo es que consigue un fuerte sentimiento de pertenencia y compromiso por parte de los miembros del equipo. Lo que les lleva a mejorar la productividad y la capacidad de innovación de la empresa.

Sin embargo, cuando existen desacuerdos, el camino para alcanzar las metas puede hacerse mas pesado y lento, en comparación con otros estilos. Y, además, requiere del líder, una gran habilidad para mantener la motivación, cohesión y colaboración de su equipo.

Liderazgo transaccional

Este estilo de liderazgo se basa en procesos de intercambio entre el líder y los miembros del equipo. Es decir, la organización paga a cambio de esfuerzo y cumplimiento. Nada más. Se basa en aspectos objetivos y fácilmente medibles.

Bajo este estilo, los miembros del equipo pueden hacer poco para mejorar su satisfacción en el trabajo. Como mucho, reciben un cierto control de sus ingresos/recompensa mediante el uso de incentivos que fomentan normas aún más altas o una mayor productividad.

Por tanto, es un estilo orientado a los objetivos. En el que las personas son motivadas por las recompensas que consiguen.

Este estilo, aunque consigue que los equipos funcionen de forma eficiente, racional y rápida, no es de los mas efectivos en un momento cambiante como en el que nos encontramos.

Liderazgo transformacional

Este estilo de liderazgo se caracteriza por crear el cambio en las personas y los equipos.

Un líder transformacional es aquel que aumenta la motivación, la moral y el rendimiento de su grupo seguidor. Se concentra en cualidades intangibles, como la visión, los valores compartidos y las ideas. Siempre, con el propósito de crear relaciones y ofrecer una visión compartida que permita al equipo funcionar conjuntamente en el proceso de cambio.

Emplea niveles altos de comunicación para conseguir los objetivos y aporta una visión de cambio que consigue transmitir al resto del equipo.

Este es uno de los tipos de liderazgo que aportan mayor flexibilidad al funcionamiento de las empresas. De esta manera, los líderes que trabajan a partir de esta filosofía motivan y aumentan la productividad y la eficiencia del grupo. Poseen una visión muy amplia del trabajo a realizar, gracias a la cual lidera el cambio dentro de la organización y son capaces de cambiar las expectativas, percepciones y motivaciones del equipo. 

Este estilo, aunque es uno de los más efectivos, y por el que más apuestan las organizaciones, puede ser contraproducente en épocas de crisis profundas.

Como ves, existen diferentes estilos en el comportamiento de los líderes. Unos son más directivos, marcando mucho las tareas y funciones, y otros, están mas basados en el apoyo y el desarrollo de las personas.

Y aunque, nuestro estilo personal marcará mucho el estilo de liderazgo que utilicemos, lo que se espera de un buen líder es que consiga, los mejores resultados de su equipo en función de la situación y el momento en el que se encuentre.

Te animo a que te observes y descubras con qué estilo te sientes más identificado o si te reconoces demasiado en un estilo con el que no estés consiguiendo los resultados deseados. Y, por supuesto, a que contactes conmigo si te gustaría que te ayude a trabajar tu liderazgo desde mi experiencia y formación como psicóloga y coach. ¡Estaré encantada de ayudarte a obtener los mejores resultados con tu equipo!

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