Las críticas en el trabajo son algo que está a la orden del día en cualquier empresa. Decir que existen no es nada nuevo pero… ¿sabes hasta qué punto afectan a tu salud mental?

Estoy segura de que a lo largo de tu vida profesional, habrás tenido que lidiar con los típicos compañeros que acuden a ti a “desfogarse” y “soltar” todo lo que sienten o piensan sobre una persona o situación laboral.

Esos compañeros, que, además de criticar cualquier acción o decisión que tome la empresa, se quejan constantemente sin aportar una solución. O, lo que es peor, dando todas las soluciones que ellos tendrían como formulas milagrosas para resolver cada uno de los problemas. Pero que, sin embargo, nunca emplean o verbalizan en el sitio y el lugar correcto.

Este tipo de compañeros y, mas aún, este tipo de situaciones en el trabajo, lejos de ser inocuas, puedes provocar una serie de efectos bastante negativos. Además de una bajada de productividad del equipo también son causantes de estrés, desmotivación y negatividad. Porque, de la misma manera que hay personas que nos contagian buen rollo y energía, existen otras que hacen todo lo contrario. Y aquí es donde empieza el problema.

Las personas críticas. ¿Un peligro?

Que las emociones se contagian no es algo nuevo. De hecho, no es la primera vez que te hablo de ello. Por supuesto, a ninguno nos importa estar rodeados de personas que transmiten «buenrollismo». Sin embargo, cuando lo que se contagia es una emoción negativa, las consecuencias son mucho mas graves de lo que, a priori, se podría pensar.

El ambiente tóxico y estresante que genera, a su alrededor, este tipo de personas críticas en el trabajo puede terminar pasándote factura si no sabes cómo protegerte.

Entonces, es importante saber detectar a tiempo a esos compañeros que hacen del criticar su forma de gestionar los conflictos.

Los reconocerás porque con independencia de la cuestión o el tema a debatir, tienen el don de resaltar todos y cada uno de los aspectos negativos que esa situación o persona pueden tener. Nada es suficientemente bueno y ningún esfuerzo, de la empresa o los compañeros es válido para ellos. Son unos eternos insatisfechos que, en algunos casos, esconden su propia inseguridad detrás de esos juicios o críticas.

Estoy segura de que te resultará fácil identificarlos. Aunque, puede que no te resulte tan fácil salir o escapar de sus redes. O, incluso, detectar que tú puedes ser uno de ellos. Porque, en el fondo, todos en mayor o menos medida, lo hemos hecho alguna vez. Todos hemos ido a hablar, “por supuesto sin ánimo de criticar” sobre los problemas que tenemos con tal o cual persona. O hemos accedido a escuchar como otros nos relatan los problemas que tienen con sus jefes o compañeros.

Y, en principio, lo hacemos con el ánimo de desfogarnos o incluso ayudar a otro a que lo haga. Sin embargo, es muy perjudicial para tu salud mental.

Por qué las críticas en el trabajo perjudican nuestra salud mental

En primer lugar, porque contarle a otra persona el problema que tienes con un tercero. O escuchar como un compañero se desahoga contigo sobre los problemas que tiene con otros, no hace que el problema se solucione. Lo único que se consigue con esta acción es buscar culpables a los que responsabilizar de un problema o conflicto. Pero, en ningún momento, se asume ninguna responsabilidad para la solución del mismo. Por lo que, estás perdiendo el tiempo.

En segundo lugar, porque, estar constantemente escuchando o hablando sobre cosas negativas, o sobre problemas que no siempre dependen de ti, hará que tengas una visión sesgada de la realidad. Terminarás contagiado de esa negatividad y pasarás por algo cualquier aspecto positivo que contrarreste la parte negativa de la situación. Esto aumentará tu nerviosismo y la forma en la que te enfrentes a tu día a día en la empresa.

Imagina qué ganas puedes tener de ir a trabajar si solo ves la parte negativa que tiene hacerlo o los problemas que hay sobre la mesa. Las dos primeras semanas se aguanta. Pero eso, mantenido en el tiempo, es sumamente tóxico y nocivo.

Cómo evitar la toxicidad de las críticas

Cuando hablo de estos temas, de críticas y triangulaciones en el trabajo, con mis clientes, lo primero que les digo es: “sal de ahí”.

Les ayudo a ver las consecuencias de estas acciones. No solo para ellos mismos, sino también para sus propios compañeros. Porque, en muchos casos, esos compañeros se han convertido en amigos a los que ellos escuchan pensando que les están haciendo un bien al ayudarles a desahogarse. Pero, ya sabes que esto no es así.

Hablar de lo que sentimos es positivo. En Psicología decimos que «es bueno ventilar las emociones”. Pero siempre hay que hacerlo con la intención de gestionar, no solo lo que sentimos, sino también lo que pensamos y las situaciones ante las que nos encontramos. Y, como decía antes, en el critiqueo no hay ninguna intención de mejora ni gestión.

Si quieres ayudar a tu amigo o compañero, anímale a que se ponga delante del conflicto. Y, de una manera asertiva, busque la mejor solución para poder defender sus derechos y necesidades. Sin que, por ello, tenga que infravalorar, o menospreciar al resto.

La comunicación asertiva es el estilo de comunicación que ayuda a poner limites entre nuestras necesidades y las de los demás. Expresándolos con educación, respeto y elegancia. Eso sí, de forma clara y concisa.

Otra estrategia para salir de ese bucle tóxico es la distancia emocional. No es fácil lograr alejarnos de la emoción de los otros. Y, a veces, para conseguirlo tenemos que poner distancia física, aunque no es la única opción.

Dejar de intervenir en ese tipo de conversaciones, mantenerte en silencio o redirigir hacia otros temas la charla, puede ayudarte a poner esa distancia. Se trata simplemente de retirarte del juego.

Sea cual sea la opción que elijas, lo más importante es que consigas distanciarte emocionalmente de este tipo de comportamientos, buscando la mejor solución para ti. Sin juzgar o esperar que el otro se comporte como tú lo harías. Pero poniendo límites y comunicando asertivamente cuáles son tus necesidades y qué es lo que quieres.

Sé que no siempre es fácil de lograr este objetivo. Por eso, si tienes dudas o te gustaría conocer mi punto de vista profesional, no dudes en contactar conmigo.

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