Las relaciones de pareja y el confinamiento no siempre se han llevado bien. El confinamiento ha supuesto una dura prueba para todos. Y las relaciones de pareja también han vivido una situación excepcional e inesperada, para la que no estábamos preparados.

Ansiedad, estrés, depresión, irritabilidad, problemas de sueño, son solo algunos de los problemas derivados de dicha situación anómala. Un complejo escenario, desde el punto de vista individual, que se traslada también a las relaciones de pareja.

Porque, en nuestra vida «pre-Covid» nos quejábamos de la falta de tiempo, de la cantidad de horas que pasábamos fuera de casa y de los pocos momentos que teníamos para estar con nuestra pareja. La mayor parte del día se invertía en desplazamientos, trabajo, compra, hijos y deporte (normalmente individual). Y luego, por la noche, en el mejor de los casos, pasábamos un ratito juntos. Te suena, ¿verdad?

Y de pronto, todo cambió.

En ese momento, nos vimos obligados a coexistir durante las 24 horas del día. Dijimos adiós a nuestro estado de confort, nuestras rutinas, costumbres y al tiempo que disfrutábamos de forma individual. Y eso, se mezcló con una situación exterior altamente amenazante.

Sin duda, con estos ingredientes se da la «fórmula perfecta» para que surjan innumerables conflictos. Entre ellos, los conflictos de pareja.

Afortunadamente, las “medidas de alivio” de las que ya disfrutamos harán que muchos de los conflictos se atenúen y podamos empezar a ver esta situación con algo de perspectiva.

Por tanto, ahora es el mejor momento para sacar conclusiones y aprendizajes. Que podamos poner en practica de ahora en adelante. Con o sin confinamiento. Para que, nuestra vida en pareja, salga beneficiada.

 

Relaciones de pareja y confinamiento. Cómo salir reforzados

 

1.- Yo soy yo y tú eres tú y juntos formamos un equipo que coopera, no compite.

La pareja tiene que ser un punto de apoyo. Alguien a quien recurrir cuando nos sentimos angustiados, irritados o con miedo. La persona con quien compartir las tareas de casa o el cuidado de los niños.

Porque, si en lugar de cooperar competimos entre nosotros, nos anclamos en nuestro punto de vista. Y, pretenderemos que piensen, sientan o se comporten como lo hacemos nosotros. O, como a nosotros nos gustaría que lo hicieran. Entraremos en constante lucha y añadiremos más estrés a la ya complicada situación que estamos viviendo.

Por tanto, primer aprendizaje a extrapolar:

Somos dos personas independientes, con formas diferentes de interpretar la misma situación. Una gran oportunidad para crecer juntos y abrirnos a formas diferentes de pensar, sentir y actuar.

Cuando buscamos apoyo en los amigos, no les pedimos que sean nosotros ni que adivinen nuestras necesidades. Entonces… ¿por qué si lo hacemos con las parejas?

2.- Juntos, pero no revueltos

Lo ideal, es mantener espacios privados y de intimidad que nos permitan estar solos durante, al menos, un ratito al día. Sin embargo, en la práctica, esto no siempre es posible. Y, además, varia mucho la situación dependiendo de si la pareja tiene hijos o no.

Por muy enamorado o compenetrados que estemos de nuestra pareja necesitamos intimidad y momentos de soledad. Aunque sea para aburrirnos.

Además, si finalmente el teletrabajo y el “telecolegio” se instala en nuestras vidas, es importante que cada miembro de la pareja o de la familia cuente con un espacio propio. Una «parcela privada» en la que poder desarrollar estas tareas. Para, posteriormente, poder programar o plantear espacios o momentos en común.

3.- Las relaciones son como las plantas

¡Sí, recuérdalo! Si quieres que se desarrollen y crezcan sanas, tienes que mimarlas, regarlas y cuidarlas. Pensar que nuestra relación de pareja no necesita que invirtamos más tiempo en ella tan solo porque pasamos las 24 horas del día juntos… es un error.

Cuando hablamos de relaciones entre personas, lo importante no es la cantidad de horas que pasamos juntos, sino la calidad de las mismas.

Por supuesto, con independencia del tipo de pareja que tengas, con o sin hijos, consolidada o no, es importante dedicar un tiempo a cuidar esa relación. Es necesario, buscar momentos de intimidad. Momentos en los que expresar lo que sentimos y cómo nos sentimos. Momentos para compartir alguna serie, una buena conversación o, incluso, un buen baile.

Te animo a seáis creativos. Para huir de la rutina de las cuatro pareces y evitar caer en la desmotivación y la desidia.

4.- Me cuido yo para que nosotros estemos bien

Nuestro estado psicológico, la forma en la que interpretamos y afrontamos las situaciones y la manera en la que gestionamos las emociones influyen directamente en nuestra relación de pareja.

Siempre, es mucho más fácil volcar sobre la persona que tenemos al lado nuestra frustración, nuestro miedo o nuestros temas sin resolver. Pero, el problema es que, normalmente, no somos conscientes de ello. Y creemos que nuestra pareja es la responsable de nuestro malestar.

Es cierto que, en aquellas parejas en las que ya existiesen problemas de base, los conflictos podrían haberse agravado. Sin embargo, también pueden haber surgido problemas o desencuentros en aquellas que, hasta ahora, no habían tenido diferencias relevantes.

Por tanto, se hace necesario aquí un ejercicio de responsabilidad individual en el que reflexionemos sobre qué tipo de persona o pareja estamos siendo. Cómo de conscientes somos de nuestros conflictos o miedos más internos. Y qué vamos a hacer para manejarlos y solucionarlos. Porque, lo que está claro es que, en época de crisis, a mejor no va a ir.

Recuerda que evitar mirar el problema no hace que éste desaparezca. Quitemos de golpe la venda y hagámonos responsables de nuestra salud mental, ya que será determinante tanto para manejar nuestro presente como para hacerlo en el futuro.

5.- Divide y vencerás

Como verás, esta última clave es eminentemente práctica y muy sencilla. Un buen reparto de tareas evitará que ninguno de los miembros de la pareja se sienta sobrepasado o en deuda con el otro.

Igual que en el plano laboral, saber exactamente cuáles son nuestras funciones nos hace responsabilizarnos de ellas. Por lo que, organizar los tiempos en casa, tendría que ser igual.

Una buena planificación de las funciones y un reparto equilibrado de las tareas domesticas ayudará a que cada uno sepa lo que tiene que hacer. Sin necesidad de que en la pareja se tengan que adoptar roles de “madre o padre del otro miembro”. Algo que sería totalmente disfuncional y muy perjudicial para el buen desarrollo de la misma

Termino con una frase de Charles R. Swindoll que nos puede ayudar a reflexionar. “La actitud lo es todo en la vida. Es un 10% lo que te pasa y un 90% el cómo reaccionas”.

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