El final de las vacaciones ha llegado, estamos agotando los últimos cartuchos y, para los jóvenes, se aproxima el momento de preparar la vuelta a clase poco a poco.

En el mejor de los casos, los adolescentes llevan tres meses de vacaciones. Y, durante este tiempo, sus hábitos y costumbres se han modificado notablemente con respecto a los meses docentes.

Por ello, y para que la vuelta sea algo menos dura, es conveniente que, nosotros, los padres, les ayudemos a preparar ese regreso a la rutina de estudios. Te animo a seguir leyendo y conocer algunos detalles que si se tienen en cuenta en estos momentos, pueden resultar de gran ayuda a los jóvenes.

Cómo prepararse y preparar la vuelta a clase

1 – Recuperar el ritmo habitual

Es importante que unas semanas o días antes, los chicos puedan ir retomando los ritmos propios de tiempos de clase. Por ejemplo, dormirse de madrugada, por estar con el móvil o viendo series, es incompatible con el rendimiento al día siguiente.

Si me permites un inciso. Dormirse a las 3 de la mañana, por estar con móviles o tablets, no debería ser una opción en ninguna época del año. Ya que dificulta la conciliación del sueño, provocando aun mas alteraciones en los hábitos de sueño de adolescentes y adultos. Mucho menos, si queremos que la incorporación a la rutina propia de tiempos académicos se vaya restaurando.

Ya sabes que yo soy una firme defensora de las negociaciones de los limites y de los limites bien puestos. Así que, puedes ir empezando a negociar con ellos ese cambio para que sea posible realizarlo de forma gradual.

2 – Volver a los horarios de comidas de todo el año

Durante el verano, la mayoría de nosotros nos volvemos menos exigentes, tanto con los horarios como con el tipo de alimentación. O, incluso, con el número de comidas que hacemos en el día.

La vuelta a la rutina escolar les exigirá volver a los madrugones, los almuerzos a media mañana y los que solo vayan por la mañana, las comidas a partir de las 15:00h. Pero, si se están levantando a partir de las 12:00h, es probable que se estén saltando el desayuno. Una comida que, sin duda, es fundamental para la vuelta a clase.

Esta será otra de las normas que puedes ir introduciendo ya. El desayuno ha vuelto y lo hace para quedarse durante los próximos 9 meses.

Es crucial para su vitalidad, rendimiento y también para atajar la obesidad. Después, a media mañana, podrán ir introduciendo alguna fruta, frutos secos…. Un poco a su gusto.

3 – Retomar la actividad física

Por último, pero no menos importante, es volver a realizar algún tipo de deporte o actividad. Dependiendo de la edad que tengan, o del tipo del verano al que estén acostumbrados, muchos de nuestros adolescentes se han pasado los últimos tres meses sin horario ni responsabilidad alguna.

Volver de pronto a asumir todas las actividades propias del invierno, los horarios y los cambios que éstos llevan asociados puede ser una fuente más de conflicto en casa. Les va a resultar muy difícil entender que, si aún no han empezado las clases, tengan que comenzar a cambiar sus costumbres. Sin embargo, es importante que lo entiendan y que lo incorporen gradualmente a su vida diaria.

Pueden empezar retomando sus hábitos de deporte y actividad física, o participando mas en las tareas de casa. El objetivo es que los horarios vuelvan a hacer acto de presencia en su día a día.

Te aseguro que, con estas ideas, les va a resultar un poco menos dura la vuelta a clase.

Preparar al adolescente para los cambios

Desde luego, no podemos olvidar, que, para muchos de los jóvenes, esa vuelta a la rutina de estudios implica un cambio de ciclo e incluso de centro. La incorporación a la ESO o al Bachillerato es un cambio importante en su vida. Y, es posible que, sus pensamientos y emociones giren en torno a ese nuevo momento que van a vivir.

Si es así, si tu hijo está justo en ese momento de cambio, aquí tienes algunas pautas que pueden acompañarle en la gestión de sus emociones.

#1 – Valida sus emociones y ayúdale a que también lo haga

Es posible que durante las ultimas semanas ya haya empezado a darle vueltas al tema del cambio de ciclo. Y que, por ello, se muestre inquieto y algo nervioso. Ayúdale a entender que es natural. Lo nuevo, lo desconocido, nos genera incertidumbre y ésta una sensación fuerte de descontrol y desconcierto. Retomar el contacto con algún compañero que esté en la misma situación y hablar de cómo se siente y de lo que le preocupa le puede ayudar a gestionarla.

Recuérdale que existen situaciones que son potencialmente estresantes y esta puede ser una de ellas. Es natural que se sienta inseguro.  De hecho, también los adultos nos sentimos así ante un cambio de trabajo, por ejemplo.

#2 – Ayúdale a manejar sus expectativas

Es posible que su mente haya creado un sinfín de expectativas sobre como será esa incorporación. Las cosas no siempre son como nos las imaginamos. Y, esto, es algo que ellos también tienen que saber. Por supuesto, no tiene que ser como se imaginan. Pero, no por ello, tiene que ser malo. Enfoca esta novedad como una oportunidad de conocer gente nueva y mostrarse tal y como es tras todos los cambios que, seguro, ha experimentado en verano.

#3 – Cuidado con sus pensamientos

La adolescencia es un periodo complicado en lo que a formación de identidad se refiere. Su autoestima y autoconcepto sufren, se sienten inseguros y muy vulnerables ante comentarios externos.

Si tu relación con tu hijo lo permite, anímale a que comparta contigo los pensamientos que tiene respecto a sí mismo. ¿Cómo se siente ante esos pensamientos? ¿Qué inseguridades tiene respecto a sus recursos? ¿Dónde está viendo el mayor problema? Hablar de ello le puede ayudar a ver que muchos de esos pensamientos que está teniendo acerca de él mismo son totalmente infundados.

Le vendrá bien recordarlo.

En definitiva, se trata de anticiparnos a la vuelta e ir preparando tanto nuestro cuerpo como nuestra mente para ello. Para salir del «modo vacaciones» y afrontar este nuevo curso con energía y seguridad.

De como lo hagan, durante estas primeras semanas, pueden depender parte de los resultados posteriores. Y, una actitud positiva y una buena valoración de ellos mismos y sus recursos son piezas clave, tanto para el comienzo del curso como para el resto del año.

Soy consciente de que no siempre es fácil realizar de forma adecuada esta preparación para el nuevo curso. Mucho menos, cuando se trata de los adolescentes. Por eso, si ves que la tarea se hace compleja o no se logran en el tiempo previsto, no dudes en consultar conmigo. Llevo años trabando como psicóloga y coach con adolescentes y puedo ser de ayuda en el caso concreto de tu hijo.

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