Hay una realidad muy común que no solo se puede gestionar sino también evitar: el autosabotaje.
Seguro te resultarán familiares frases como, «el lunes empiezo el gimnasio, la dieta, dejo de fumar, me pongo a buscar un nuevo trabajo…«
Todas ellas, muestran deseos u objetivos que, aunque aparentemente parece que obedecen a cosas que queremos, no siempre terminan de cumplirse. En parte, porque nuestros actos nos llevan en la dirección contraria. Y, por lo tanto, nos impiden lograrlo. Por lo que, así, sin darnos cuenta, nos boicoteamos. A esto lo llamamos autosabotaje.
En principio, caer en el autosabotaje puede parecer algo difícil.
Porque, al fin y al cabo, hablamos de acciones o comportamientos con los que supuestamente queremos conseguir algo. Pero, la realidad es que, en más casos de los que deseamos, somos nosotros mismos los que nos ponemos todos los obstáculos posibles para no terminar de lograr eso que deseamos.
De hecho, nuestro día a día está cargado de ellos. Si sigues leyendo, comprobarás a qué me refiero.
Por ejemplo, quieres tener un cuerpo en forma y te apuntas, una y otra vez, al gimnasio. Pero, al final, no vas. Buscas adelgazar y te saltas la dieta. Ansías cambiar de trabajo, pero no haces nada para lograrlo ya que, en lugar de enviar tu candidatura a nuevos puestos, te pones a limpiar o a revisar tus redes sociales.
En definitiva, no haces lo que, se supone que, conscientemente, quieres hacer. Y digo “se supone” porque, a veces, si te paras a reflexionar en si de verdad quieres hacer todo aquello que dices, podrías darte cuenta de que no las quieres. Y, más bien, son obligaciones que te has creado o exigencias de la sociedad o de tu entorno.
Por lo tanto, el primer paso es aclararte y preguntarte si realmente eso que «supuestamente» deseas, lo deseas de verdad.
Este puede ser el inicio de tu camino hacia el cambio.
El autosabotaje y su parte “positiva”
Una vez descartados esos supuesto objetivos personales, que no lo son tanto, siguen quedando comportamientos o cambios que quieres hacer. Pero, que no terminas de conseguir.
En este caso, lo primero que debes saber es que ese autosabotaje, en realidad tiene una intención positiva. Es como un mecanismo de defensa que intenta mantenerte en tu zona de confort. Porque, ahí todo es mas fácil. Puesto que es el lugar en el que nos sentimos seguros, aunque eso puede ser limitado e incómodo.
Ten en cuenta que el ser humano tiende a buscar la seguridad, muchas veces y de forma errónea, fuera de sí mismo. Creemos que, si nuestro entorno se mantiene inamovible, si siempre nos movemos en el terreno de lo conocido, lo vamos a conseguir. Sin embargo, la realidad no es así. Y, a medio o largo plazo, la apatía, el miedo y la inseguridad aparecen.
Entonces, si ya lo sabemos, ¿por qué nos seguimos empeñando en mantener creencias y comportamientos que no funcionan y nos impiden mejorar?
La respuesta es sencilla.
Aunque, a priori, no lo veas, todos nuestros comportamientos tienen una intención o un beneficio secundario para nosotros. De no ser así, ten por seguro que no lo harías. Conocer cuál es esa función o beneficio es el primer paso para poder cambiarlo.
¿Cuál puede ser el beneficio positivo de permanecer en un trabajo que no te gusta, aunque te esté generando un gran malestar? Pues, por ejemplo, no tenerte que enfrentar a una entrevista que te va a poner nervioso o no tener que afrontar un cambio que no sabes qué resultado va a tener.
En el fondo, el autosabotaje revela tus miedos, tus emociones más vulnerables, tus inseguridades y tus resistencias. Puede que tengas miedo al cambio, a lo desconocido o que aparezcan emociones de insuficiencia. También puede que surjan mensajes internos como “y si fallo…” o “y si no soy capaz…”, que sean los que mantienen el autosabotaje en marcha.
¿En qué momentos suele aparecer el autosabotaje?
El autosabotaje suele manifestarse en determinados espacios o bajo ciertas circunstancias que nos generan estrés, duda o miedo.
Algunas de las más frecuentes son:
La búsqueda de un nuevo trabajo. Decimos que queremos cambiar de trabajo, pero nos dejamos el currículo sin actualizar, procrastinamos el envío de nuestra candidatura, evitamos ir a entrevistas o no encontramos tiempo para sentarnos a buscar.
Al emprender un nuevo proyecto. Comenzamos con fuerza un nuevo reto o proyecto, pero lo abandonamos antes de que dé resultados. Bien sea por falta de constancia o de seguridad en nosotros mismos.
Al tomar una decisión importante, ya que nos llenamos de dudas, pedimos opinión a todo el mundo o retrasamos el momento de decidir.
Al plantearnos un cambio de hábitos. Intentamos dejar de fumar, de tomar alimentos poco saludables o de llevar una vida sedentaria. Pero, aparecen excusas que nos impiden avanzar. Nos falta tiempo para ir a gimnasio, hacer la compra o preparar la comida.
En las relaciones de pareja o laborales. Evitamos hablar de lo que nos molesta, nos callamos y aumentamos el drama para que termine sin que nosotros aparezcamos como responsables.
Al buscar nuevos espacios de formación o aprendizaje. Dejamos para “más adelante” ese curso, taller o máster que sabemos que podría darnos nuevas habilidades y más seguridad en nosotros mismos.
En definitiva, el autosabotaje se manifiesta ante el miedo. Un miedo que nos frena justo antes de dar el paso hacia lo que deseamos.
Nos da miedo fracasar y que eso nos demuestre que “efectivamente no valemos tanto como creemos”. Miedo a exponernos y que nos rechacen, que nos critiquen o que aparezcan nuevos retos que no sabemos si podremos gestionar.
También, miedo al cambio, a lo desconocido, al triunfo o al fracaso. A abandonar nuestra zona de confort, por más incómoda que esta sea. Esto nos revela que, estamos más pendientes de evitar el dolor, o el estrés, que de buscar el crecimiento, el aprendizaje o el triunfo.
Cómo evitar caer en el autosabotaje
Sentir duda, miedo o estrés ante nuevos retos es absolutamente normal. Pero, eso, no significa que te impida llegar hasta tus metas.
Si deseas algo de verdad… ve a por ello. Aunque tengas miedo. ¡Haz lo que deseas, aunque sea con miedo!
Te propongo algunos puntos de acción que podrían ayudarte a no caer en el autosabotaje.
✓ Hazte consciente de lo que piensas o sientes en relación a esa situación que te está boicoteando. Y empieza a decidir, conscientemente, qué acciones te van a llevar a conseguir tus objetivos.
✓ Termina lo que empiezas. Si has decidido hacer algo … termínalo. El no hacerlo puede ser una forma de sabotearte. Ya que, de esta manera, no te tienes que enfrentar a la posibilidad de no conseguirlo. Somos expertos en dejar las cosas a medias. Sobre todo, cuando no tenemos mucha confianza en que vayamos a hacerlo del todo bien. Procrastinamos y nos justificamos para evitar terminar tareas sobre las que no estamos muy seguros.
✓ Cuidado con tu lenguaje interior. Si te paras a escucharlo puede que el mensaje que te estás mandando sea que no tienes capacidad, que nunca conseguirás aquello que quieres o que tienes poca fuerza de voluntad.
En cualquiera de estos casos, entiende que lo haces para evitar sentirte mal. Así que, la clave está en que cambies tu manera de pensar e interpretar las situaciones.
Te animo a que aceptes que no vas a hacerlo todo bien. Y que, por supuesto, si estás haciendo algo, por primera vez, necesitas ser constante y ponerle esfuerzo si quieres tener el resultado que esperas.
Puede ser útil profundizar en tu autoconocimiento para identificar todas aquellas creencias que te están limitando y detectar tus miedos mas arraigados.
Recuerda que, cuanto más te conozcas, y conozcas tu forma de sabotearte, más fácil será para ti dejar de hacerlo. Trabaja tu autoestima, implementa nuevos hábitos que sean mas eficientes y amables contigo y aprende a utilizar estrategias de gestión emocional.
Y, si ves que tienes dificultades para lograrlo o los resultados no son los esperados, no dudes en contactar conmigo. He ayudado en mi consulta de Psicología y Coaching a muchas personas que se habían convertido en «su peor enemigo». Y sé que, si eso mismo te está ocurriendo a ti, puedo ofrecerte el apoyo que necesitas para salir de esa difícil situación. Te animo a hacer la prueba para no volver a caer en el autosabotaje.
Etiquetado como:
Aprendizaje | Coaching | Miedos | Psicología