Para muchas personas, dejar de postergar es toda una declaración de intenciones que, en la mayoría de los casos, no se llega a cumplir.

¿Cuántas veces te has dicho últimamente… “en enero empiezo”?

¿Y, en cuántas ocasiones has reflexionado sobre todas esas cosas que hay en tu vida que no te gustan y que quieres cambiar, pero que al final se quedan nada más que en buenos propósitos anotados en cuadernos de motivación o notas del móvil?

Sin duda, Enero es ese «mes excusa» que se convierte en el momento mágico en el que las cosas van a cambiar. El mes en el que todo va a ser posible y en el que todo aquello que, durante el resto de este año, no te has decidido a poner en marcha, se va a hacer realidad. Así, por arte de magia.

Por supuesto, tienes previsto empezar a cuidarte, a buscar un nuevo trabajo, poner límites, organizarte mejor, priorizarte, dedicarte tiempo.

En esa interminable lista se incluyen todas esas cosas que has ido postergando o dejando para cuando tengas más tiempo, para después de las vacaciones o ya, total… para enero.

¿Te has parado alguna vez a pensar por qué te pasa eso? Y, lo que es más importante, ¿cómo puedes hacer que esa situación cambie?

Te animo a seguir leyendo porque, a continuación, veremos qué motiva que esta situación cíclica se repita una y otra vez. Y qué está en nuestra mano hacer para romper ese círculo y coger las riendas de nuestra vida.

Dejar de postergar. Qué nos impide lograrlo con éxito

Antes de nada, voy a hablar de dos conceptos. La procrastinación y la pereza.

Te hablo de ellos porque, seguramente, son los motivos que te están viniendo ahora mismo a la cabeza. Y, por eso, quiero explicártelos.

La pereza

En primer lugar, hablemos de la pereza. Sin duda, se trata de la gran aliada de todas esas personas que se denominan, o son denominadas por los de su alrededor, como “vagas”.  

La pereza se caracteriza por una falta de energía y motivación para la acción. Incluso, sabiendo que eso te va a traer consecuencias negativas. No debemos confundirlo con la necesidad de descanso o el autocuidado. No tiene nada que ver.

La pereza te hace posponer y evitar tus responsabilidades. Aun a sabiendas de que eso te está alejando de tu éxito o tus objetivos.

Esta pereza puede “venir” provocada por varios factores. Entre otros, la falta de motivación intrínseca, el miedo al fracaso o la procrastinación. Y. dependiendo de los motivos, la forma de abordarla será una u otra. No tienes que resignarte a sentirte así.

La procastinación

Por su parte, la procrastinación es una forma de protección.

A veces es un miedo disfrazado. Un dejar para mañana porque así no fallo, por si acaso no lo hago perfecto o porque te aterra salir de la zona de confort. De modo que nuestro cerebro retrasa las cosas importantes para evitar afrontar esos miedos.

Por lo tanto, está estrechamente relacionada con la regulación emocional. Y es mas habitual en aquellas personas que tienen dificultades para regular sus emociones y afrontar tareas que les resultan desafiantes. Al no sentirse capaces, o estar desbordados por las emociones, recurren a evadir esas acciones.

En cualquier caso, ya sea por falta de motivación, miedo o energía, es importante saber qué hay debajo de esas actitudes. ¿Qué mantiene esos patrones de dejar para mañana cosas que se pueden empezar a hacer ya?

Cómo coger las riendas de tu vida

Uno de los mayores mitos que nos encontramos es que algún día, que desde luego no es hoy, estaremos “listos”. Nos sentiremos mas seguros, mas organizados, mas motivados, menos cansados y mas fuertes.

Nos pasamos meses esperando que ese día llegue. Y, la realidad, es que rara vez nos sentiremos realmente preparados antes de empezar a hacer algo en concreto. Ya que la claridad no aparece antes de la acción sino después.

Esperar a estar preparados es una forma de engañarnos para no arriesgarnos. No es una realidad. Y, por eso, ese momento nunca llega.

Mi consejo es que empieces. Si te mueves verás como, desde la acción, las cosas empiezan a coger forma.

Coger las riendas de tu vida no es darte la vuelta como un calcetín y cambiar de vida radicalmente. No significa dejarlo todo de lado o hacer algo enorme como dejar de golpe tu trabajo o tu relación.

Coger las riendas significa decidirte por algo y actuar. Tomar pequeñas decisiones diarias que te hagan dar pequeños pasos.

  • Decidir tener esa conversación pendiente.
  • Decidir pedir ayuda.
  • Decidir invertir tiempo en ti.
  • Decidir escucharte más.
  • Decidir hablar, aunque te tiemble la voz.

Pero la clave está en descubrir ¿por qué no te decides? Y es aquí cuando recurrimos a la excusa de la pereza o la procrastinación.

Por experiencia, te diré que esa falta de decisión puede tener algo que ver con algo que se está evitando mirar y afrontar. O, con una sutil forma de autocastigo por no ser capaces de llegar a unos estándares irreales de perfección que te atrapan entre el todo y la nada.

Hasta que no esté perfecto no empiezo”.

“Si no tengo todos los títulos no me lanzo”.

“Hasta que no lo tenga todo cerrado no doy el paso”.

Precisamente, es esa mentalidad la que te hace «dejar para enero» lo que ya se puede hacer hoy (aunque sea con miedo).

Por supuesto, no necesitas esperar a enero, ni una fecha especial, ni tampoco tocar fondo para cambiar. Solo te hace falta honestidad contigo y preguntarte sin excusas.

  • ¿Qué estoy evitando al no hacer hoy esto?
  • ¿Qué conversación llevo meses posponiendo?
  • ¿Y, qué decisión sigo aplazando por miedo al resultado?

Contestarte con honestidad te ayudará a saber qué es lo que te pasa realmente y llamar a las cosas por su nombre. No es lo mismo decir, “no he afrontado esta situación porque soy una vaga” a decir, “no he afrontado esta conversación porque tengo miedo a las consecuencias que pueda tener para mi”. O “no he empezado la dieta porque me da pereza” a decir “no he empezado la dieta porque me da miedo tener que dejar de salir con mis amigos porque no puedo comer”.

Dicho esto, no quiero terminar este post con alguna frase motivadora vacía de contenido. Porque, no quiero que pienses que actuar es siempre fácil y solo cuestión de decisión.

Hay veces que sí. De hecho, muchas de ellas. Es cuestión de creer en ti y en tus posibilidades. Pero, hay otras que no. Puesto que encierran miedos, creencias o situaciones del pasado no resueltas que te impiden avanzar.

Como psicóloga y coach sé lo importante que es dar ese primer paso. Por eso, si crees que necesitas ayuda para iniciar ese primer avance, no dudes en contactar conmigo. Por mi experiencia, sé que podré ayudarte.

Te animo a empezar hoy. Aunque sea con algo pequeño, aunque sea con miedo y aunque solo sea pedir ayuda. Porque tu vida no empieza cada enero. Tu vida está siendo ahora.

Etiquetado como:
| | |

Llévate GRATIS la Guía “5 Pasos para Sobrevivir a un Mal Día”

Con unas propuestas sencillas, fáciles y 100% practicas.
¡Perfectas para superar incluso el peor día del año!