Experimentar el síndrome postvacacional es algo muy habitual cuando llega el momento de volver a la rutina diaria tras disfrutar los días de descanso. De hecho, la vuelta de las vacaciones puede suponer un proceso realmente traumático para algunas personas.

La irritabilidad, un estado de ánimo bajo, decaimiento, problemas de sueño y muchos otros síntomas, que pueden recordar a los del estrés, indican que estás sufriendo el tedioso síndrome postvacacional.

¿Qué está pasando?

Volver al trabajo, a la rutina de casa, a los estudios, es interpretado por tu mente como una pérdida. Algo que has estado haciendo durante semanas y que estaba totalmente relacionado con el disfrute, la relajación y la ausencia de normas, ahora, de pronto, desaparece. Y cuerpo y mente tienen que volver a adaptarse a unos nuevos ritmos del día a día.

Precisamente, porque se trata de un «momento difícil» te propongo un ejercicio que va a ayudarte a para sobrellevarlo de forma positiva. Sigue los puntos que te indico y verás como vives, este año, una vuelta de vacaciones totalmente diferente.

Como evitar el temido síndrome postvacacional

1.- Aceptación y Adaptación

Como ya hemos dicho, cuerpo y mente tienen que volver a adaptarse a los cambios provocados por el regreso a la actividad habitual. Por ello, es la tristeza, la emoción que nos ayuda a superar las pérdidas y a resolver problemas, la que nos va a ayudar.

Si te sientes algo triste y decaído, no te preocupes, puede ser normal. Estás viviendo un “mini duelo” necesario para llegar a la aceptación y la adaptación. Permítetelo. Lo necesitas para encontrar soluciones.

Puede que, durante este tiempo, te hayas dado cuenta de que tu trabajo o tu vida no te satisfacen tanto como creías o que existen cosas que te gustaría cambiar. Si es así, ahora es el momento de tomar decisiones respecto a ello y buscar alternativas que te lleven a solucionar esto. Puedes escribirme si estás en ese punto y te ayudaré encantada.

Dedícate tiempo a ir retomando poco a poco las rutinas. Modifica progresivamente los horarios y los hábitos de alimentación y sé escrupuloso con los tiempos dedicados al trabajo y al ocio. No es bueno que, de pronto, te olvides de disfrutar y todo se vuelva trabajo.

¿Lo más recomendable? Marca unos tiempos progresivos.

2.- Pasa a la acción

En este punto, si a través de la aceptación y la adaptación tomas alguna decisión respecto a lo que tienes que hacer para sentirte mejor, es el momento de ponerlo en práctica. Pasa a la acción y materializa en acciones concretas todas aquellas decisiones que has pensado que serían útiles para ti y tu bienestar.

Cárgate de energía, observa lo que necesita tu cuerpo y dáselo. ¡Verás como te alegras de dar este paso!

3.- Apuesta por ti

Tienes ante ti una nueva oportunidad para apostar por ti y tu bienestar. Creer en ti y en tus posibilidades para ser proactivo con tus necesidades.

Te propongo hacer un ejercicio de imaginación sobre cómo quieres que sea este nuevo curso, cuáles serán los objetivos a conseguir y los cambios que quieres realizar. Imagínate ya con todo eso conseguido y mírate ahí. ¿Qué ves? ¿Dónde estás? ¿Qué haces? ¿Cómo y con quién?

Cuando lo tengas, graba en tu mente esas imágenes que has imaginado y ponte manos a la obra para crear esa realidad en los próximos meses.

Se proactivo. Saca a la palestra todas tus cualidades y habilidades y cree en ti para conseguirlo. Este ejercicio te ayudará a tener el extra de motivación que todos necesitamos en esta época del año.

4.- Rodéate de los que quieres y te quieren

Cuando estamos más “flojitos” emocionalmente hablando, es bueno tener un espacio seguro. Un entorno en el que podamos ser nosotros mismos y en el que nos rodeemos de todas esas personas que nos dan amor del bueno. La familia, los amigos, pasar tiempo con ellos y hacer planes te ayudarán a afrontar mejor la vuelta a la rutina.

Reserva tiempo para disfrutar de ellos y con ellos. Haz planes (si son al aire libre mucho mejor), organiza reuniones, viajes o, simplemente, quédate en casa con ellos. Al fin y al cabo, se trata de compartir con aquellas personas que te hacen sentir bien. Es 100% reconfortante.

5.- Fluye con las situaciones y los acontecimientos

Si has llegado a este punto… solo te queda disfrutar de las cosas que vayan llegando.

Por ejemplo, puedes dedicar un ratito de tu mañana, al levantarte, a ti y a tu bienestar. Medita, haz yoga, o simplemente deléitate delante de una taza de té con el único objetivo de estar en el presente, de empaparte de lo que si está pasando a tu alrededor. Sin comparar con el verano, sin pensar en el futuro. Solo aquí y ahora. ¡Haz la prueba! Verás como disfrutas esos momentos y te ayudan a comenzar bien el día.

De este modo, no solo aprenderás a disfrutar mas y mejor de las cosas, a abrirte a ellas. Sino que, además, empezarás tu día mucho mas consciente de todo lo que pase. Y, gracias a ello, en «modo» mucho mas productivo y resolutivo.

Como sabes, volver de vacaciones es algo inevitable. Pero, hacerlo de la mejor manera posible, sintiéndote segura y respetando tus tiempos y emociones depende de ti. Tu decides cómo quieres que sea la vuelta: con o sin síndrome postvacacional.

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