Entre los diferentes temas que trato en este blog, para acercar la Psicología y el Coaching al día a día, había uno que todavía no había afrontado: los tipos de apego.
Nadie duda de que, en la vida de todos nosotros, las relaciones interpersonales juegan un papel fundamental.
Por eso, hoy no he querido dejar pasar la oportunidad de hablar del apego. Un concepto clave para entender cómo nos relacionamos con los demás y por qué lo hacemos de esa determinada manera.
En las próximas líneas hablaré de cuáles son los distintos tipos de apego y cómo estos influyen e impactan en las relaciones que tenemos. Tanto si se trata de relaciones personales como profesionales.
¿Qué es el Apego?
El apego es el vínculo emocional profundo que se forma entre una persona y sus figuras de referencia. Generalmente estas figuras son los cuidadores principales que ha tenido durante la infancia.
Ese vínculo es tan importante que influye significativamente en cómo nos relacionamos con los demás a lo largo de nuestra vida.
La Teoría del Apego fue acuñada por John Bowlby, pionero en identificar que la calidad del vinculo entre los niños y sus padres tiene un impacto en el desarrollo emocional del menor que va más allá de su etapa infantil. Y condiciona, a futuro, su forma de establecer relaciones.
Durante la infancia, usamos nuestra figura de apego como base desde la que explorar los ambientes y vivir experiencias no solo familiares. El niño descubre su entorno pero, además, necesita que su figura de apego esté disponible para proporcionarle seguridad y apoyo durante esa exploración.
Según Bowlby, los seres humanos, cuando nos sentimos amenazados, no buscamos la seguridad en lugares físicos sino que lo hacemos en la compañía de las personas.
Según esta teoría existen cuatro tipos de apego. Vamos a conocerlos todos a continuación.
Los 4 Tipos de Apego
Existen cuatro tipos principales de apego que se desarrollan en la infancia y que pueden perdurar hasta la vida adulta. Son estos:
Apego seguro
El vinculo del apego seguro está basado en la incondicionalidad y constancia de los cuidadores. Que son personas atentas y preocupadas por proporcionar cuidados y seguridad. Cubren no solo las necesidades más básicas sino, también, las necesidades emocionales. El niño, o bebé, sabe que el cuidador no va a fallarle.
El problema es que este tipo de apego supone una entrega casi total. Y, eso, es sumamente complicado para algunas personas.
Quienes han experimentado un apego seguro disfrutan relaciones de confianza y tienden a sentirse cómodos tanto con la intimidad como con la independencia. Esto se debe a que sus necesidades emocionales fueron atendidas de manera consistente.
Se trata de un tipo de apego que fomenta relaciones saludables. En las que existe una buena comunicación, confianza y capacidad para resolver conflictos. Estas personas suelen sentirse seguras en sus relaciones y tienen una autoestima sólida.
Apego ansioso ambivalente
El vinculo de este tipo de apego está basado precisamente en lo contrario del anterior. Es decir, en la inconsistencia en el cuidado y seguridad. En el apego ambivalente, el niño no puede confiar en que, en caso de necesitarlos, sus cuidadores vayan a estar o muestren siempre el mismo tipo de emociones. Ante una misma situación, unas veces manifiestan unos sentimientos y otras los contrarios. De ahí, el término ambivalente que lo define.
A menudo, las personas con este tipo de apego han tenido cuidadores inconsistentes. Lo que les lleva a desarrollar una intensa necesidad de cercanía y aprobación. Pueden ser dependientes emocionalmente y temen el rechazo o el abandono.
Este tipo de apego puede generar relaciones marcadas por la inseguridad, celos y necesidad constante de validación. A menudo, las personas con apego ansioso pueden parecer demandantes o controladoras en sus relaciones.
Apego evitativo
El vinculo de este tipo de apego se caracteriza por la ausencia de seguridad proporcionada por los cuidadores. Ante este hecho, los niños asumen que no pueden contar con sus cuidadores y desarrollan una “falsa autosuficiencia” que les lleva a distanciarse emocionalmente de los demás.
Las personas con apego evitativo han aprendido a suprimir sus necesidades emocionales debido a la falta de respuesta de sus cuidadores. Prefieren mantener la distancia emocional y valoran la autosuficiencia.
Este tipo de apego puede dar lugar a relaciones frías y distantes, donde la persona evita la intimidad y tiene dificultades para expresar emociones. A menudo, pueden ser percibidas como desinteresadas o desconectadas.
Apego desorganizado
En este caso, el vinculo se ha creado sobre la base de conductas negligentes o inseguras para los niños. Hay autores que, al hablar de este tipo de apego, lo traducen en una carencia total de apego. Sería totalmente lo opuesto al apego seguro.
Este tipo de apego surge en entornos donde los cuidadores son fuente de temor o abuso, lo que genera una mezcla de comportamiento ansioso y evitativo. Estas personas a menudo se sienten confundidas y temerosas en sus relaciones.
Las personas con apego desorganizado pueden experimentar relaciones caóticas e impredecibles. Suelen alternar entre la necesidad de cercanía y el miedo a la misma. Y esto puede hacer que sus relaciones sean conflictivas y emocionalmente agotadoras. Al no haber aprendido a gestionar sus emociones, sienten un fuerte desbordamiento emocional que les lleva a manifestar conductas o reacciones explosivas e impulsivas. No se sienten queridas y rechazan las relaciones. Pero, en el fondo, las anhelan profundamente.
Qué impacto tiene el apego en la vida adulta
Como decía al principio, el tipo de apego que se desarrolle en la infancia va a influir en tu manera de relacionarte. Y, no solo a nivel de pareja sino también con familiares, amigos, jefes y demás personas a lo largo de la vida.
De forma que, si eres una persona con apego evitativo, tendrás dificultades para pedir ayuda o expresar tus necesidades. Tu primera impronta será solucionarte tus problemas solo y sin necesidad de recurrir a nadie. Esto, que puede ser interpretado como un signo de confianza y seguridad en uno mismo, en el fondo, encierra una gran desconfianza y estrés.
O si te identificas como una persona con apego ansioso y reconoces que tu pareja tiene un estilo evitativo, te darás cuenta de que, ante una discusión, tu sientes la necesidad constante de validación y reconocimiento, mientras que la otra parte lo único que quiere es huir y alejarse.
De ahí la importancia de reconocer y trabajar sobre los estilos de apego. Sabiendo que no son inamovibles y que, en todo caso, lo mas importante es aprender a desarrollar estrategias que te generen seguridad. Adquiriendo recursos que te ayuden a sentirte mas seguro en tus relaciones.
Siempre, el primer paso será identificar tu estilo de apego y ver si éste está afectando negativamente a tu forma de relacionarte. Para que, a partir de ahí y con ayuda de un profesional, puedes aprender a modificar estos patrones y desarrollar un apego mas seguro.
Por supuesto, me despido por hoy recordándote que aquí me tienes si deseas contactar conmigo para ayudarte en este aspecto tan importante para la vida y la salud mental.
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