¿Te has preguntado por qué aumentan tanto las rupturas sentimentales en verano? De hecho, 1 de cada 10 parejas pone fin a su relación en los días estivales.
Según datos del Consejo General del Poder Judicial, en España, entre el 30% y el 40% de las separaciones se concentran entre los meses de julio y septiembre. Y las solicitudes de divorcio en los juzgados suben a un 20% en septiembre frente al resto del año.
Con datos como estos, cabe preguntarse «por qué», siendo el verano una estación perfecta para la desconexión del estrés, el trabajo, las rutinas, las obligaciones y la conexión con la pareja, es también una de las épocas del año en la que aumentan las separaciones.
Pero, esto no solo ocurre en verano, también se ha apreciado un incremento significativo tras las vacaciones de Navidad. Curioso, ¿no crees?
Por qué aumentan las rupturas sentimentales en verano y épocas vacacionales
Como imaginarás, las rupturas no se producen ni de un día a otro ni tampoco solo por un motivo. Durante las vacaciones, confluyen una serie de situaciones que hacen que las discusiones, las carencias y los conflictos se hagan más visibles, se intensifiquen o, incluso, den la cara.
¿Por qué os digo esto? Porque, el resto del año, muchas parejas van “tirando” sin abordar los problemas y los temas de fondo que van arrastrando.
Parejas que trabajan, con hijos, actividades extraescolares, hobbies … no afrontan las tensiones propias de la convivencia por cansancio, rutina, decepción o falta de tiempo. Sin embargo, en las vacaciones, el nivel de actividad baja, el tiempo que se comparte aumenta y esos “conflictos latentes no resueltos” salen a la luz. De ahí que, durante estos meses, las discusiones aparezcan y con ellas la necesidad de afrontarlas y de tomar decisiones.
Y es en este momento en el que, aquellas parejas se encuentran «de frente» con esos problemas que pasan desapercibidos el resto del año.
¿Cuáles son los 2 problemas más habituales?
1 – La falta de comunicación como parte del problema (y de la solución)
A muchas parejas les cuesta conversar. Las vacaciones, en las que el tiempo para compartir aumenta, deberían ser una oportunidad para hablar con calma de todos los temas que el resto de año no se tocan. Hablar de cómo están como pareja, como familia, qué temas les preocupan y que planes o proyectos van a emprender. Sin embargo, en muchos casos, este tiempo se convierte en un carrusel de reproches y malos entendidos.
Ten en cuenta que, si no existe una base sólida de comunicación, los problemas se agrandan.
2 – La peligrosa «rutina» del día a día
Otro de los motivos que propician las rupturas en época de vacaciones tiene que ver con el hecho de que, durante el resto del año, las obligaciones laborales, familiares o sociales ocupan nuestra mente y son el objeto de nuestras conversaciones. Sin embargo, durante las vacaciones, al desaparecer parte de esos estímulos externos, salen a la luz los silencios incomodos y la sensación de no tener nada que decirse.
Precisamente, muchas parejas “sobreviven” gracias a todas esas obligaciones que hay el resto del año. Y, cuando éstas desaparecen, los diálogos vacíos y las conversaciones superficiales se hacen más evidentes.
Es en este momento, en el que muchas parejas deciden dejar la relación. Porque, además de sentir que no tienen nada en común, la desilusión por esa pérdida de expectativas entre lo que idílicamente debería ocurrir y lo que ocurre realmente, les provoca una gran desilusión e insatisfacción.
Cómo prevenir estas crisis vacacionales
Como os he comentado, muchos de los problemas surgen porque, durante el resto de año, la relación no se ha cuidado. Normalmente, las rupturas no aparecen porque sí, de la noche a la mañana. Por lo tanto, lo ideal para prevenir estas crisis es tomar medidas conscientes y activas de cuidado de la relación, tanto antes como durante las vacaciones.
Cultivar una buena comunicación de pareja
Dejar de postergar el hablar de temas importantes esperando que se resuelvan solos es lo primero que podríamos hacer. O esperar hasta encontrar el momento adecuado en el que se alineen todos los astros para poder abordarlos.
La comunicación es un elemento fundamental en las relaciones entre las personas. Por eso, debemos ocuparnos de crear espacios para conversar y poner sobre la mesa cómo nos sentimos o qué necesitamos el uno del otro.
La evitación, como estrategia de afrontamiento de conflictos, está demostrado que no funciona. Y, en realidad, hay muy pocos conflictos que se solucionen solos.
Escuchar activamente, sin interrumpir, sin juzgar o defenderse y cuidando la comunicación emocional son claves para conseguir mejorar esta comunicación.
Crear nuestro propio espacio personal
Otro aspecto importante es el hecho de considerar que, tener una relación o una pareja no es sinónimo de perder el espacio personal. De hecho, muchas crisis se agudizan cuando uno de los miembros de la pareja siente que no tiene ni un momento para si mismo. Y no se respetan los ritmos individuales.
Para evitar esto, es muy importante entender que, vivir en pareja, no implica tener que estar juntos las 24 horas del día, los 7 días de la semana. De hecho, hacer esto sería tremendamente contraproducente.
Con independencia de que ambos estén de acuerdo en pasar todo el tiempo juntos, la realidad es que necesitamos disponer de nuestros espacios y tiempos individuales. Así como nuestros hobbies y momentos de privacidad.
Por eso, para evitar que uno de los miembros de la pareja llegue a sentir que no tiene espacio personal, lo ideal es aprovechar el verano para reconectar con uno mismo. Y, así, encontrar instantes de soledad para leer, pasear, hacer deporte o descansar en solitario.
Porque, si tú estás bien, podrás ayudar a mejorar el bienestar de tu relación. ¿No crees?
Tener expectativas realistas respecto a las vacaciones
Muchas parejas proyectan en las vacaciones la fantasía de volver a ser lo que eran. Creyendo que el descanso, el sol y el tiempo libre hará que, por arte de magia, las cosas mejoren.
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que, si quieres que las cosas funcionen, tienes que hacer algo para que así sea. La realidad es que hay muy pocas parejas felices que no hagan nada para que así sea.
Lo normal es que tengamos que ocuparnos activa y conscientemente de la relación.
Es necesario que la cuidemos, que compartamos, con el otro nuestros, deseos, expectativas, objetivos y necesidades. Para que aprendamos a escuchar y dejemos de buscar excusas. Para asumir nuestra responsabilidad sobre el bienestar de nuestra relación.
Por supuesto, si veis que no podéis hacerlo solos, la psicología y el coaching ayudan a prevenir y mejorar la comunicación y a recuperar la conexión. Con frecuencia, lo compruebo en mi consulta. Y te aseguro que no es necesario llegar a ella solo cuando se está al borde de la ruptura.
Sé que conseguir que marche bien una relación de pareja puede llegar a ser algo muy complicado. Por lo que, si no conseguís abrir las vías de comunicación, no dudéis en pedir ayuda profesional. Aquí me tenéis para ayudaros a vivir y disfrutar una relación sentimental sana y en perfecto funcionamiento.
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Interesante, gracias.